sábado, 30 de junio de 2012

¿Cuál es?

¿El día más bello? Hoy.
¿La cosa más fácil? Equivocarse.
¿El obstáculo más grande? El miedo.
¿El mayor error? Abandonarse.
¿La raíz de todos los males? El egoísmo.
¿La distracción más bella? El trabajo.
¿La peor derrota? El desaliento.
¿La primera necesidad? Comunicarse.
¿Lo que más hace feliz? Ser útil a los demás.
¿El misterio más grande? La muerte.
¿El peor defecto? El mal humor.
¿La persona más peligrosa? La envidiosa.
¿El sentimiento más ruin? El rencor.
¿El regalo más bello? El perdón.
¿Lo más imprescindible? El hogar.
¿La ruta más rápida? El camino correcto.
¿La sensación más grata? La paz interior.
¿El resguardo más eficaz? La sonrisa.
¿El mejor remedio? El optimismo.
¿La mayor satisfacción? El deber cumplido.
¿La fuerza más potente del mundo? La fe.
¿La cosa más bella de todas? El amor.
¿Los mejores profesores? Los niños.
¿Las personas más necesarias? Los padres.
¿Una de las mayores alegrías? Tener amigos de verdad, saber que cuentas con alguien, aunque sepas que ellos no van a resolver tus problemas…
Pero toda esta belleza que encontramos en la vida… La tenemos gracias a los dones que Dios nos dio y a su infinito amor…
María Teresa De Calcuta

viernes, 22 de junio de 2012

Un Dólar

Un joven predicador fue invitado a último momento para que predicase un sermón en la iglesia de su ciudad. Siguiendo un impulso, usó como tema uno de los Diez Mandamientos: “No hurtarás”.
A la mañana siguiente, subió a un autobús y le dio al conductor un billete de un dólar. El conductor le dio el cambio y él se dirigió a la parte trasera del vehículo.
Echando un vistazo al cambio antes de guardarlo en su bolsillo, el hombre observó que el conductor le había dado diez centavos de más.
Su primer pensamiento fue: La compañía de autobuses no se dará cuenta jamás de la pérdida de diez centavos.
Sin embargo, cambió de opinión rápidamente, sintiendo en su conciencia que los diez centavos no le pertenecían y que los debía devolver al conductor. Regresó al frente y le dijo al conductor: ” Usted me dio cambio de más”, y le devolvió los diez centavos.
Para su sorpresa, el conductor le contestó: “Sí, lo sé. Lo hice a propósito. Escuché su sermón ayer y lo estaba observando por el espejo mientras contaba su vuelto”.
El joven predicador había pasado la prueba a la cual fue sometido por el conductor… y dio un firme testimonio de su fe.
¡Que todos nuestros actos concuerden así con nuestras palabras!

miércoles, 20 de junio de 2012

Disfruta La Lectura

“No está tan mal”, pensé, “casi que estoy a un cuarto de camino”.

No recuerdo el título, pero recuerdo que el libro tenía 254 páginas. Lo obtuve de una librería móvil que llegaba a nuestro pueblo cada tres semanas, cuando era muchacho. Era el libro más grueso que había intentado leer hasta el momento. Le hallé en la tablilla de libros de misterios para jóvenes en aquel maravilloso autobús con olor a libros lleno de delicias para lectura.
La lluvia empujada por el viento golpeaba bulliciosamente contra la ventana de mi recámara, mientras abrí la tapa y me volteé las páginas al capítulo uno. Por varias horas me perdí en la historia; miré el número de la página y vi que era la número sesenta.
Veía el número de páginas en un libro como una tarea amedrentante. A lo largo de mi adolescencia, siempre revisaba el número de la página que leía y la comparaba con el total, ansioso de terminar con la tarea—ya fuese una lectura de placer o escolar. Medía mi progreso por cuán cerca estaba del final. Mi satisfacción venía al cerrar el libro en la última página.
Cuarenta años más tarde, embelesado por una buena historia, nunca miro el número de la página; disfruto la historia. El final no es más un suspiro de alivio, es un triste momento cuando tengo que dejar el mundo de las páginas y regresar al real. Saboreo cada momento de la vida a la que soy transportado entre sus páginas.
Fue en aquellos mismos años mozos cuando añoré volar, para estar por mi cuenta—vivir la vida que quería; no saboreé las páginas al voltearlas.
Hoy espero que mi última página no esté tan cercana. Quiero saborear la historia que las páginas de mi vida me ofrecen. He aprendido a disfrutar la historia. Cada página es cuidadosamente leída y amada por la información que atesora; ¿qué me enseñó el ayer?
Volteo la página al mañana; ¿qué nuevo misterio y aventura se habrán de desplegar?
Ya no ando apurado en la vida; ahora disfruto la lectura.
Michael T. Smith
Fuente: www.AsAManThinketh.net

El tamaño de las personas


Los tamaños varían conforme el grado de compromiso…
Una persona es enorme para uno, cuando habla de lo que leyó y vivió, cuando trata con cariño y respeto, cuando mira a los ojos y sonríe inocente.
Es pequeña cuando solo piensa en si misma, cuando se comporta de una manera poco gentil, cuando fracasa justamente en el momento en que tendría que demostrar lo que hay de más importante entre dos personas: la amistad, el cariño, el respeto, el celo y asimismo el amor.
Una persona es gigante cuando se interesa por tu vida, cuando busca alternativas para tu crecimiento, cuando sueña junto contigo.
Una persona es grande cuando perdona, cuando comprende, cuando se coloca en el lugar del otro, cuando obra, no de acuerdo con lo que esperan de ella, pero de acuerdo con lo que espera de sí misma.
Una persona es pequeña cuando se deja regir por comportamientos clichés. Una misma persona puede aparentar grandeza o pequeñez dentro de una relación, puede crecer o disminuir en un espacio de pocas semanas.
Una decepción puede disminuir el tamaño de un amor que parecía ser grande. Una ausencia puede aumentar el tamaño de un amor que parecía ser ínfimo.
Es difícil convivir con esta elasticidad: las personas se agigantan y se encogen a nuestros ojos. Nuestro juzgamiento es hecho, no a través de centímetros y metros, sino de acciones y reacciones, de expectativas y frustraciones.
Una persona es única al extender la mano, y al recogerla inesperadamente, se torna otra. El egoísmo unifica a los insignificantes. No es la altura, ni el peso, ni los músculos que tornan a una persona grande… es su sensibilidad, sin tamaño.
Willian Shakespeare

viernes, 15 de junio de 2012

Reflexión de un Adolescente

Papá, ya crecí, y a veces noto como que eres un poco distraído, eso me hace enojar porque si no te digo las cosas no te das por enterado. Pero ya me percaté de que los hombres en su mayoría, mis tíos, mis abuelos entre ellos, actúan de la misma manera.
Papá, pienso que es por tu lado izquierdo del cerebro. Y ahora que me pongo a pensar… aparte de eso tú tienes tantas otras cosas tan maravillosas que no tiene mi mamá. Por ejemplo, tú siempre lo sabes todo, lo que yo te pregunte tú me lo respondes, a veces las mamás nunca saben nada y dicen: “pregúntale a tu papá”.
!Gracias pá, eres un sabio!
Eso me hace admirarte, ¡Eres lo máximo para mí!.
Tienes otra cosa más y que no se puede negar, es tu fuerza, papá. Cuando aprietas mi mano y medimos fuerzas siento que jamás seré igual, pero, yo creceré. Oigo a mi hermanita cuando grita: “papi dame tu mano”, ahora entiendo que ella se siente segura agarrada de tu mano grande y fuerte. Con esa fuerza nos proteges, a mamá, a mis hermanitos y A mí.
Papá, recuerdo cuando estaba chico y me daba miedo la oscuridad, y yo te buscaba llorando porque debajo de mi cama habían “unos monstruos, grillos”, y un buen día cerruchaste las patas de mi cama, ¡Ah papá!, que bien dormí desde esa noche.
Cómo podré olvidar que con tu fuerza los venciste a todos, y lo hiciste por mí, aunque pensándolo mejor me doy cuenta, Que por tí también.
Son tan diferentes mamá y tu, papá, sin embargo ambos me dan las mismas cosas que atesoro grandemente, su amor y su compañía. Me alimentan y me regañan. Otras veces me dan mi zurra, pero no es porque sean malos.
Ahora me doy cuenta de que no son perfectos sino que han hecho una gran tarea en su mejor esfuerzo. Papá créeme, no te voy a criticar más,
¿sabes por qué?
Anoche te escuché decirle a mamá, con tu voz quebrada y algo preocupado:
¡He procurado ser el mejor padre!
Te amo y siempre te amaré,
Anita Irigoyen.

Ramen Noodle nos enseña a superar obstáculos

Ramen Noodle es un Cachorro de raza French Poodle tamaño “tacita de té”. Ramen nació con sus cuatro patitas completas y todo parecía normal. Ramen nació en un criadero en donde se hace todo para que los perros adquieran ese diminuto tamaño. Sin embargo, eso tuvo un precio alto para Ramen.
Cuando tenía 8 meses de edad su primer dueño lo llevó al veterinario debido a una fractura en una pata delantera. Desafortunadamente no cuidaron bien de Ramen y no fue hasta 9 semanas después que volvieron a llevarla al veterinario. Cuando llegaron, el veterinario se sorprendio pues la patita de Ramen ya había sufrido gangrena y no tenía salvación. La amputación fue inevitable. Para ese entonces, Ramen Noodle estaba muy débil e incluso había dejado de comer.  Era todo un misterio el hecho de que siguiera con vida.
Después de semanas de cuidados intensivos en el hospital, a los dueños se les ofreció la opcion de dejar a Ramen bajo el cuidado de un refugio animal. Afortunadamente los dueños dejaron a Ramen en las manos de quien había sido su enfermera de cabecera “Jaime”, una chica con quien Ramen ya había forjado un vínculo especial.
Al poco tiempo, Ramen sufrió una segunda lesión en su otra patita delantera ocasionada por un salto que dió de una silla. Una de las consecuencias de criar perros de tamaño tan pequeño es la debilidad ósea. La pata de Ramen se rompió de una manera en la que no pudo ser salvada y nuevamente la amputación fue inminente.  Jaime, su dueña, estaba devastada y preocupada por la situación de su Super Cachorro Ramen… fue entonces que Ramen sorprendió al mundo entero al comenzar a caminar de pie, utilizando sólo sus patas traseras.
Hoy Ramen tiene un carrito con el que recorre junto a su dueña largas distancias y en casa camina en dos patas. Jaime y Ramen son inseparables y a través de su historia nos enseñan que la verdadera fuerza proviene del corazón y de las ganas de vivir y compartir.

Todos los derechos reservados© Super Cachorros® 2012

jueves, 14 de junio de 2012

Lo que yo soy, es lo que importa

Una maestra decidió llevar este proyecto a la comunidad, para ver que clase de influencia tendría en ella. Dio a cada uno de sus estudiantes tres cintas, y les dijo que fueran e hicieran conocer a otros esta ceremonia de reconocimiento personal.
Entonces tendrían que hacer un seguimiento de los resultados, ver quiénes honraron a la clase la semana siguiente. Uno de los chicos de la clase fue a donde un joven ejecutivo de una compañía cercana, y le reconoció por haber planificado su carrera. Colocó una cinta azul en su camisa, y luego le dio otra de las cintas.
- Estamos haciendo en la clase un proyecto sobre reconocimiento -le dijo- y nos gustaría que usted busque a alguien quien admire para que le dé una de las cintas azules, y la otra para que esa persona haga lo mismo con alguien más, a fin de mantener esta ceremonia en marcha. Una vez hecho esto, por favor, infórmeme que sucedió.
Más tarde, ese mismo día, el joven ejecutivo fue a ver a su jefe, quien a propósito tenía fama de ser un individuo gruñón y de mal humor. Lo hizo sentar y le dijo que lo admiraba profundamente por ser un genio creativo. El jefe se sorprendió. El joven ejecutivo le preguntó si aceptaría la cinta azul como regalo, y le pidió permiso de colocársela en el pecho.
- Seguro, hazlo – contestó su sorprendido el jefe-.
El joven ejecutivo tomó la cinta azul y la colocó en el saco del jefe, sobre su corazón.
- ¿Me harìa un favor?, le dijo mientras le daba la última cinta, quisiera tomar esta cinta extra, y darla como prueba de admiración a alguien más, el chico que me dio estas cintas está llevando acabo un proyecto de su escuela. Queremos mantener en marcha esta ceremonia de reconocimientos, y ver como afecta a las personas.
Esa noche el jefe llegó a su casa, se dirigió a su hijo de catorce años de edad y se sentó con él.
- Hoy me sucedió algo increíble, le dijo. Estaba en mi oficina cuando uno de los jóvenes ejecutivos entró, me dijo que me admiraba y me dio una cinta azul por ser un genio creativo.
Después la puso en mi saco, sobre mi corazón, esta cinta azul que dice “Lo que yo soy, es lo que importa”. Me dio una cinta extra y me pidió que encontrara a alguien más a quien reconocer. Mientras manejaba a casa esta noche, empecé a pensar a quien honrar con esta cinta, y pensé en ti.
Quiero darte este reconocimiento. Mis días son realmente agitados y cuando llego a casa no te presto mucha atención. A veces te grito por no sacar buenas notas en el colegio, y por tener tu dormitorio echo un desastre, pero esta noche quiero sentarme contigo aquí y hacerte saber que tú eres importante para mí. Tú y tu madre son las personas más importantes de mi vida. ¡Eres un gran chico y te amo!
El sorprendido muchacho comenzó a sollozar, y no pudo contener las lágrimas. Todo su cuerpo se sacudió.
- Papá, le dijo llorando y mirándolo firmemente, estaba planeando suicidarme mañana porque pensaba que tu no me querías. Pero ya no necesito hacerlo!

miércoles, 13 de junio de 2012

Papá me escucha

Susan Thompson, tanto como puedo recordar, siempre practicó tocar el piano. Aún tomaba lecciones cada semana. Pero lo que resaltaba más que cualquier cosa era que practicaba cuatro horas cada día. El problema era que no debería poder tocar el piano.
No importaba cuánto practicase, nunca mejoraba. Todos le preguntaban por qué no se rendía. Ella explicaba que este era su único y verdadero gozo en la vida. Era algo que nadie podía arrebarle.
Y es que ella era adoptada y, mientras crecía, siempre recibió lo que le quedaba pequeño a los demás. Como ella era la más joven en esta familia, hubo un montón de cosas que le pasaron. La única cosa que ella podía llamar suya era el piano que compraron sus padres. Aún si era de segunda, todavía era suyo ya que ninguno de los demás hijos le interesaba tocarlo.
Las semanas si hicieron meses y los meses, años. Nunca se rindió. Durante la escuela primaria y aún durante la secundaria, practicó. Sus maestros de piano le permitían, de vez en cuando, participar en un recital. Generalmente la dejaban de última, de esa manera los otros padres podrían irse sin escucharla. Sí, así de mal tocaba.
Tal vez nos preguntemos por qué era tan mala. ¿Era sorda a los tonos musicales? ¿Era sorda? No, ella sólo tenía ocho dedos. Todos los maestros de piano le dijeron que nunca podría tocar bien debido a eso. Susan nunca se rindió: solo sonreía y seguía practicando.
Tras cumplir 24 estaba laborando en Wal-Mart como cajera. A la gente la sorprendía que ella pudiese manejar casi cualquier cosa sin problemas. Desde empacar cosas hasta contar el cambio. Susan laboró allí durante los siguientes 15 años. Incluso llegó a ser jefa de los cajeros.
Un día, mientras trabajaba, la tienda anunció una llamada para ella. Esto no era inusual ya que de vez en cuando, sus padres le pedían a uno de los niños que la llamasen para que trajese algo de la tienda a casa. Pero este día ese no fue el caso. La llamada era de una de sus hermanas. Ella dijo que Papá había muerto y que necesitaba volver a casa. Sin dudarlo, llamó al supervisor y le dieron permiso.
De camino a casa, lloró intensamente. Ella siempre había tenido un lugar especial en su corazón para su Papá, aunque no fuese su padre biológico. Fue él quien insistió que comprasen el piano. También fue él quien mantenía a raya la familia mientras ella practicaba. Tal mal como sonase, no permitía que los demás muchachos la molestasen.
Tres días después, una vez que se hicieron los arreglos para el funeral, Susan pidió tocar. Todos los muchachos estaban en contra de aquello, pero Mamá insistió que estaría bien. Tienen que comprender que Papá era un hombre bien querido y que su funeral iba a ser bien asistido. Los muchachos no querían sufrir la vergüenza de tener que escucharla a ella tocar el piano, especialmente durante el funeral de su padre.
Cuando Susan se sentó al piano, hubo un silencio tal en la iglesia que uno pudiese haber oído caer un alfiler. Todos conocían a Susan y sabían cómo tocaba. Todos pensaron que era una manera maravillosa de honrar a su padre.
Ella comenzó a tocar Sublime Gracia y el sonido que salió del piano no semejaba nada que hubiesen oído jamás. Era como si un ángel tocase. Las notas eran tan claras y Susan aún agregó unas pocas de ella misma. Para cuando ella terminó de tocar, no había un ojo seco en toda la iglesia. Cuando se desvaneció la última nota, Susan se puso en pie, se dirigió a su Papá y le dio un beso de despedida. Entonces se fue a su asiento y lloró.
Tras el culto, la gente se reunió a su alrededor para preguntarle por qué nunca había tocado así antes. Ella dijo: “Hoy era el primer día del resto de su vida en que su Papá podría oírla tocar”. Y es que su Papá era sordo de nacimiento y aunque había ido a cada uno de sus recitales, nunca la había escuchado. Ella sabía que ese día y para siempre, ahora podría oír.
Susan llegó a tocar el piano para su iglesia y en muchas otras funciones. También llegó a ser maestra de piano. Siempre la podíamos escuchar decirle a un estudiante nuevo que no importaba cuán mal sonase al comienzo, aprenderían a tocar. Cuando le preguntaban cómo podía saberlo, ella simplemente contestaba: “Mi padre está escuchando”.
Richard Causey, copyright 2007

Por favor papi, mami.

“Mis manos son pequeñas y por eso se me derrama la leche aunque no quiera”.
“Mis piernas son cortas, por favor, espérame y camina más despacio, así puedo andar contigo”.
“No me pegues en las manos cuando toco algo lindo y de color brillnate. Es que quiero aprender”.
“Por favor, mírame cuando te hablo. Así sé que me estás escuchando”.
“No me regañes todo el día… Déjame equivocar sin hacerme sentir estúpido”.
“No esperes que el dibujo que pinte sea perfecto… Amame por haber tratado de hacerlo bien”.
“Recuerda que soy un niño, no un adulto pequeño… A veces no entiendo lo que me dices”.
“Te quiero tanto… por favor, ámame por lo que soy, no por las cosas que hago”.
“No me rechaces cuando estés molesta conmigo y vengo a darte un beso… Me siento solo, abandonado y con miedo”.
“Cuando me gritas, me asusto… Por favor, explícame que he hecho”.
No te enfades cuando en la noche las sombras y la obscuridad me dan miedo, y me despierto y te llamo. Tu abrazo es lo único que me devuelve la paz”.
“Cuando vamos a las tiendas no sueltes mi mano… Temo perderme y que no me encuentre jamás”.
“Me siento muy triste cuando papá y tú discuten… A veces pienso que es por culpa mía y se me encoge el estómago y no sé qué hacer”.
“Muchas veces veo que abrazas y acaricias a mi hermano… ¿Lo quieres más que a mi?.
“Me regañaste cuando rompí mi juguete favorito y me eché a llorar; yo estaba triste y peor que tú… No lo hice a propósito y me quedé sin él”.
“Te molestaste porque me ensucié jugando… Pero la sensación del barro en mis pies era tan rica y la tarde tan linda…”
“Me meten miedo con el infierno y no sé lo que es… Debe ser algo tan terrible como estar sin ti”.
“Aunque me dejaron con los tíos y la pasé bien, les eché mucho de menos toda la semana… Ojalá no hubiera vacaciones para los papás”.
“Hoy te sentiste mal y yo me preocupé mucho. Traté de entretenerte con mis juegos y me dieron un par de nalgadas y me sacaron de tu lado… Me fui a un rincón a llorar… ¿Que haría yo si tú te murieras?”.

martes, 12 de junio de 2012

Recuerdos

Tengo muchos recuerdos de mi padre y de cómo crecí a su lado en nuestro departamento junto a las vías del tren elevado.
Durante veinte años oímos el rugido del convoy cuando pasaba por la ventana de su dormitorio.
De noche, tarde, papá esperaba solo en las vías el tren que lo llevaba a su empleo en la fábrica, donde trabajaba en el turno de medianoche.
Esa noche en particular, esperé con él en la oscuridad para despedirlo.
Su rostro estaba triste. Su hijo menor, es decir yo, había sido reclutado.
Le tomarían juramento a la mañana siguiente a las seis, mientras él estaba en su máquina de cortar papel en la fábrica.
Mi padre había hablado de su rabia. No quería que “ellos” se llevaran a su hijo de sólo diecinueve años, que nunca había bebido o fumado un cigarrillo, a pelear en una guerra en Europa.
Puso sus manos en mis delgados hombros.
-Ten cuidado, Jorge, y si alguna vez necesitas algo, escríbeme y me ocuparé de que lo consigas.
De pronto oímos el rugido del tren que se aproximaba. Me abrazó con fuerza y me besó suavemente en la mejilla. Con los ojos llenos de lágrimas murmuró:
-Te quiero, hijo mío.
Entonces llegó el tren, las puertas lo encerraron dentro y desapareació en la noche.
Un mes mas tarde, a los cuarenta y seis años, mi padre murió.
Tengo setenta y seis en el momento de sentarme a escribir esto.
Una vez oí a Pete Hamill, el periodista de Nueva York, decir que los recuerdos son la mayor herencia de un hombre, y tengo que coincidir con él.
Sobreviví a cuatro invasiones en la Segunda Guerra Mundial. He tenido una vida llena de todo tipo de experiencias.
Pero el único recuerdo que permanece es el de aquella noche en que mi papá me dijo:
“Te quiero, hijo mío” .-

lunes, 11 de junio de 2012

Se Busca un Papá

DESCRIPCION DE TRABAJO: a largo plazo, que sea jugador de equipo, que este dispuesto a aceptar el desafío del trabajo permanentemente en un amiente a menudo caótico. Los candidatos deben poseer comunicación excelente y habilidades de la organización y estar dispuesto a trabajar horas extras, incluyendo noches y fines de semana listo para recibir llamadas las 24 horas del día.
¡Algunos viajes por la noche pueden ser requeridos, inclusive viajes a campings los fines de semana lluviosos y torneos interminables de deporte en ciudades lejanas! Los viáticos no se reembolsaran. Los deberes extensos de mensajero se le solicitaran.
RESPONSABILIDADES: El resto de su vida. Debe estar dispuesto a ser odiado, por lo menos temporalmente, cuando alguien necesite $5. Debe estar dispuesto a morderse lengua repetidas veces. También, debe poseer la energía física de un mulo y que sea capaz de ir del cero a 60 kph en tres segundos en caso de escuchar gritos en el patio de la casa.
Debe estar dispuesto a encarar los desafíos técnicos estimulantes, la reparación de pequeños aparatos, lavabos misteriosamente lentos y cremalleras atascadas. Debe investigar las llamadas telefónicas, mantener calendarios y coordinar la producción de múltiples proyectos y deberes. Debe tener la habilidad de planear y organizar las reuniones sociales para sus pequeños clientes .
Debe estar dispuesto a ser imprescindible en un minuto, e ignorado en el próximo. Siempre debe esperar lo mejor y estar preparado para lo peor. Debe asumir final, completa la responsabilidad para la calidad del producto final. Responsabilidades incluyen también la conservación de piso y trabajo de portero a través de las instalaciones.
POSIBILIDADES DE PROMOCION: Ninguna. Deberá estar en la misma posición durante años, sin quejarse, reestrenándose constantemente y para actualizar sus habilidades, y estar dispuesto a ser superado por aquellos a quienes sirve.
EXPERIENCIA PREVIA: Ningún requirió lamentablemente.
SUELDOS Y COMPENSACION: Cubiertos por si mismo sin posibilidad de aumento libre, ya que tendrá que invertir todo lo que recibe en la misma empresa.
BENEFICIOS: Ninguna en cuanto a salud , ninguna pensión, ningún reembolso de la enseñanza, ningunas vacaciones pagadas y ninguna opciones de acciones se ofrecen; este trabajo suministra las oportunidades ilimitadas para el crecimiento personal. Tiene derecho a reconocimiento una vez al año, en el día del Padre, pero tendrá que cubrir los gastos ocasionados en el día de ese reconocimiento.
Si está interesado déjelo saber.
Comuníquese a Inversiones Hogar .
¡Feliz Día del Padre..¡

domingo, 10 de junio de 2012

Los tres últimos deseos de Alejandro El Grande

Encontrándose al borde de la muerte, Alejandro convocó a sus generales y les comunicó sus tres últimos deseos:
1 – Que su ataúd fuese llevado en hombros y transportado por los mejores médicos de la época.
2 – Que los tesoros que había conquistado (plata, oro, piedras preciosas), fueran esparcidos por el camino hasta su tumba, y…
3 – Que sus manos quedaran balanceándose en el aire, fuera del ataúd, y a la vista de todos.
Uno de sus generales, asombrado por tan insólitos deseos, le preguntó a Alejandro cuáles eran sus razones.
Alejandro le explicó:
1 – Quiero que los más eminentes médicos carguen mi ataúd para así mostrar que ellos NO tienen, ante la muerte, el poder de curar.
2 – Quiero que el suelo sea cubierto por mis tesoros para que todos puedan ver que los bienes materiales aquí conquistados, aquí permanecen.
3 – Quiero que mis manos se balanceen al viento, para que las personas puedan ver que vinimos con las manos vacías, y con las manos vacías partimos, cuando se nos termina el más valioso tesoro que es el tiempo.
Al morir nada material te llevas, aunque creo que las buenas acciones son una especie de cheques de viajero.
“EL TIEMPO” es el tesoro más valioso que tenemos porque ES limitado. Podemos producir más dinero, pero no más tiempo.. Cuando le dedicamos tiempo a una persona, le estamos entregando una porción de nuestra vida que nunca podremos recuperar, nuestro tiempo es nuestra vida. EL MEJOR REGALO que le puedes dar a alguien es tu tiempo y SIEMPRE se le regala a la familia o a un buen amigo.

sábado, 9 de junio de 2012

La Crisis según Albert Einstein

"No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo.
La crisis, es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar superado.
Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones.
La verdadera crisis, es la crisis de la incompetencia.
El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos.
Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla.”
Albert Einstein.1879-1955.

viernes, 8 de junio de 2012

La ruta de una nueva vida



Un perro sin dueño recorrió 1.700 kilómetros junto a un grupo de ciclistas que participaba en una competencia entre las provincias de Sichuan y el Tíbet. La compentencia se prolongó por 20 días e incluyó travesías por 12 montañas.
Xiaosa, nombre con el que fue bautizado el pequeño perro, se unió a los deportistas luego de que uno de ellos le dieran un poco de agua y comida. Ese pequeño gesto valió para que el Super Cachorro no se separara más del grupo.
Encariñado luego de compartir ruta con este espontáneo competidor, el ciclista Xiao Yong decididó adoptar al incréble perro.

 Yong incluso se animó a abrir un blog para contar esta experiencia y su espacio ya tiene más de 40 mil seguidores.
Pueden ver el video en :
 http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=6CEipLQ9LI4

jueves, 7 de junio de 2012

Reflexiones – Di Oro por Hierro

Con sus arcas nacionales agotadas debido a las costosas guerras el rey Federico Guillermo III de Prusia encontró a su nación, al intentar reconstruirla, seriamente escasa de fondos. Rehusó capitular con sus enemigos y no podía enfrentarse con la frustración de su pueblo.
Después de pensarlo profundamente, pidió a las mujeres de Prusia que trajesen su oro y plata para ser fundidos y utilizados en reemplazo de las cosas que tan desesperadamente necesitaba la nación.
Al traer cada mujer sus joyas, se le daba un “adorno” de bronce o hierro como símbolo de gratitud del rey. En el adorno estaba grabado: “Di oro por hierro, 1813″
La respuesta fue abrumadora. ¡Las mujeres llegaron a valorar más los regalos del rey que sus antiguas alhajas! Estos adornos eran la prueba de que se habían sacrificado por su rey.
Es más se volvió altamente fuera de moda usar alhajas en Prusia a los comienzos del siglo diecinueve, pero muy de moda usar una cruz de hierro. De allí nació la “Orden de la Cruz de Hierro”.
El significado de la vida no yace en la posesión de cosas,
¡sino más bien de cómo usar esas cosas para dar a la vida su verdadero significado!

No mida su riqueza por las cosas que posee, sino por lo que tenga y por lo cual no se aceptaría dinero.
Porque aun cuando alguien tenga abundancia, su vida no consiste en sus bienes.

martes, 5 de junio de 2012

El Principio del Boomerang

Estoy convencido de que cuando las motivaciones de la gente son puras y genuinamente desean agregar valor a los demás, no pueden ayudar a otros sin recibir algún beneficio. La retribución pudiera ser inmediata o pudiera tomar largo tiempo en llegar, pero ocurrirá.
Y cuando lo haga, la relación comienza a resonar con sinergia. Ustedes están probablemente familiarizados con la historia de Helen Keller, la muchacha sorda y ciega cuya vida fue transformada gracias a los esfuerzos de Anne Sullivan. Keller, quien solo tenía siete años cuando Sullivan llegó a su vida, vivía casi como un animal. Pero Sullivan la enseñó a comunicarse y le abrió el mundo a ella.
Para cuando Keller llegó a ser adulta, ella podía cuidarse a sí misma. Ella llegó a recibir un grado del Radcliffe College y se convirtió en una famosa escritora y conferencista. Lo que tal vez no sepan es que cuando Anne Sullivan enfermó años más tarde, la persona que cuidó de ella no fue otra que Helen Keller. La ayudadora se convirtió en la que necesitaba ayuda, y aquella a quien ella había agregado valor se volteó y agregó valor a su vida.
Invirtamos en los demás, y tal como un "boomerang", tal inversión regresará, a veces de la manera menos esperada.
Extracto de "Ganando con Gente", por John Maxwell (Nelson)
(Regal)
Fuente: Ministries Today Update, febrero 2005

sábado, 2 de junio de 2012

Palabras Que Duelen Más Que Los Golpes



Los niños, al igual que los adultos, luchan con una variedad de sentimientos cuando se enfrentan con situaciones que llevan una carga emocional fuerte. Esto se da principalmente cuando estamos enojados, frustrados, o deprimidos. Para algunas personas es fácil no darle importancia a las palabras, porque pensamos que la otra persona va a comprender que es algo circunstancial; pero ignoramos el peso emocional que tiene lo que expresamos con ellas.
Para desarrollar niños positivos, es necesario comprender el valor que tienen las palabras y ser consientes de su efecto. El significado de las palabras, el tono y la actitud con la que nos dirigimos a los niños, les define el valor que tienen. Por lo tanto, es importante revisar constantemente estos aspectos cuando nos comunicamos con ellos y conoceremos si estamos construyendo su vida o si la estamos lastimando. A los padres nos corresponde ayudar a que nuestros hijos desarrollen un gran amor propio, una sana comprensión, respecto a su entorno y que se sepan amados, aceptados y valorados por lo que son.
 Recuerdos negativos
-“Me gritan sin razón alguna. Dicen que mi opinión no es importante.”
-“Constantemente señalan mis debilidades y fallas.”
-“Nunca me demuestran afecto. Nunca me dan las gracias”.
-“Me regañan. No me consideran como una persona que siente, piensa y quiere opinar. Solo ven mis errores, no valoran mis logros”.
-“Se gritan entre sí. Utilizan malas palabras cuando se enojan conmigo.
-Dicen “NO” sin darme una razón”.
-“Nunca me elogian. Hacen comentarios sarcásticos sobre mí. Se ríen de mis sueños y deseos. Me ridiculizan delante de mis amigos. No me prestan atención cuando les hablo”.
-“Mi padre menosprecia a mi madre frente a otras personas y eso me duele”.
-“Me comparan con mi hermano y no me gusta.”
-“Me creen incapaz. Dicen que soy un fracaso”.
El enojo, la prisa, el cansancio, el rencor, la envidia y la ira nos hacen decir cosas sin sentido que lastiman a quienes más amamos, y luego no sabemos restaurar el daño. Un lo siento, y la actitud de pensar antes de hablar, podrían hacer la diferencia.
El lenguaje abusivo destruye, resta libertad a la hora de actuar, menoscaba el valor de la persona, hace que se aparten de los demás y se encierren en sí mismo para protegerse y les causa dolor. Las palabras no se olvidan, principalmente las que llevan una carga emocional significativa. Son espinas que lastiman el valor que todos tenemos como personas.
En ocasiones, el adulto toma en poco las palabras que dice el niño bajo los efectos del enojo, o en broma. Mientras que los niños piensan que eso es lo que verdaderamente sienten por ellos. Podemos evitar esos malos ratos para los niños y niñas tomando conciencia de nuestras actitudes, modificando nuestras reacciones, y disculpándonos cuando lastimamos.
Lastimamos a nuestros hijos (as):
-Proporcionando un ambiente familiar lleno de pleitos, gritos y alcoholismo.
-Agrediendo física, verbal y psicológica.
-No dedicando tiempo para hablar con ellos y desatendiendo sus necesidades e intereses.
-Haciéndole promesas que nunca se cumplen.
-Sobornándolo con comprarle cosas con tal de que saque buenas calificaciones.
Recuerdos positivos
También he escuchado la expresión de hijos que en sus hogares han sido estimulados. Ellos se expresan así:
-“Mis padres toman tiempo para escucharme. Me agrada cuando me abrazan y me permiten explicar mi punto de vista”.
-“Cuando discuten, cuidan su tono de voz.”
-“Saben admitir cuando se equivocan y suelen decir: “lo siento”. Muchas veces conversamos como familia.”
-“Siento que mis padres me aman cuando se aman entre ellos. Suelen decirnos los rasgos buenos de nuestro carácter y de nuestra manera de ser”.
-“Son amigos de nuestros amigos. Me ayudan a pensar cuando debo tomar decisiones. Me hablan abiertamente acerca de mi sexualidad y me han ayudado a establecer límites al respecto”.
-“Mis padres nos piden la opinión acerca de las decisiones familiares. Mi padre tiene un gran sentido del humor, pero nunca nos utiliza como blanco de sus bromas. Mis padres siempre me dicen que yo soy un buen amigo.”
-“Solemos tener reuniones de familia donde hablamos de nuestras metas y planes. Mamá y papá suelen dejarme notas donde dicen que me aman y que valgo mucho para ellos.”
-“Siempre se aseguran que sepa porque me están disciplinando. Mis padres han sido buen ejemplo para mí. Nunca se muestran como si fueran perfectos y saben identificarse con nosotros. Me hacen sentir que mi opinión es importante”.
-“Nunca me comparan. Mis padres siempre dicen algo positivo de mi, aún en mi ausencia.”.
-“Mis padres dejaron de usar un sobrenombre que realmente me hería”.
-“Me gusta cuando me dicen “Te amo”, me hace sentir seguro”.
Las palabras positivas producen aceptación, valor, desarrollan confianza, elevan la estima, forjan el carácter y marcan un destino.
Los padres favorecen la comunicación con el niño (a):
-Cuando demuestran que entienden y aceptan sus sentimientos.
-Cuando se muestran abiertos para que el niño pueda expresar libremente sus pensamientos y sentimientos.
-Controlando su enojo e ira ante las faltas cometidas por el niño, haciéndole ver de forma tranquila que su comportamiento es inadecuado.
-Cuando los padres mantienen el contacto físico tal como cariño, abrazos, besos, mientras dialogan con el niño.
-Cuando se toma el tiempo necesario para el niño sin interrupciones.
-Cuando se evita censurar, juzgar o culpabilizar al niño por su conducta.
Lo que se dice al levantarse, en la mesa, por el camino, en el diario vivir, son las palabras más importantes y las que siempre se recuerdan. El lenguaje que tiene mayor efecto positivo es el de los gestos; el abrazo, el beso, las caricias, la aceptación, la sonrisa, todo aquello que dice: “te amo, “te acepto”, “vales mucho”, “lo vas a lograr”.
En este sentido, y tomando como herramienta el que a los infantes les encantan los cuentos buenos, y estos ofrecen una forma segura de acercarse a ciertos temas, preocupaciones, y problemas. Muchos especialistas trabajan con niños utilizando historias y cuentos para ayudarlos a reconocer sentimientos que prefieren evadir. Los padres establecen un contacto emocional fuerte cuando toman el tiempo para leer historias a sus hijos. Los cuentos les permiten a los niños expresar sus sentimientos, hacer preguntas, hablar de sus temores y estimula la imaginación. Porque al escuchar la historia se identifica y esto facilita un contacto emocional fuerte. Es una forma de facilitar el camino para que luche con sus sentimientos. Recuerde que, como con cualquier buen cuento, nunca es suficiente leerlo una sola vez. La repetición es un gran recordatorio de las lecciones que contiene el cuento o la historia.
Cada niño es distinto. Hay niños que enfrentan sus emociones con facilidad, a otros les es difícil reconocerlas, por eso, permita que se expresen con libertad. Facilite que se identifiquen con los personajes, que hagan preguntas sobre los héroes del libro. Otros niños se sentirán bien solo con escuchar y observar todo. Siempre intente hacerles hablar sobre el tema. Usted sabrá qué es lo que más necesitan sus hijos (as).
Recomendaciones prácticas:
1.    Tome tiempo para contar buenas historias a los pequeños. Esto genera conexión y estimula la imaginación.
2.    Deje de utilizar sobrenombres que descalifican.
3.    Trate a sus hijos (as) con amor, respeto y admiración.
4.    Resalte continuamente sus habilidades con el fin de que logre una mejor aceptación de sus limitaciones.
5.    No humille ni descalifique.
6.    Jamás abuse físicamente de él o ella.
7.    Establezca reglas claras y acordes a la edad.
8.    Demuestre aceptación sincera y consistente en las buenas y en las malas.
9.    Establezcan un contrato familiar fundamentado en el respeto y la admiración mutua.
Sixto Porras.

El Árbol Confundido


Había una vez, algún lugar que podría ser cualquier lugar, y en un tiempo que podría ser cualquier tiempo, un hermoso jardín, con manzanos, naranjos, perales y bellísimos rosales, todos ellos felices y satisfechos.
Todo era alegría en el jardín, excepto por un árbol profundamente triste. El pobre tenía un problema: “No sabía quién era.”
“Lo que te falta es concentración”, le decía el manzano, “si realmente lo intentas, podrás tener sabrosas manzanas. ¿Ve que fácil es?”
- No lo escuches, exigía el rosal. Es más sencillo tener rosas y “¿Ves que bellas son?”
Y el árbol desesperado, intentaba todo lo que le sugerían, y como no lograba ser como los demás, se sentía cada vez más frustrado. Un día llegó hasta el jardín el búho, la más sabia de las aves, y al ver la desesperación del árbol, exclamó:
- No te preocupes, tu problema no es tan grave, es el mismo de muchísimos seres sobre la tierra. Yo te daré la solución. No dediques tu vida a ser como los demás quieran que seas. Sé tu mismo, conócete, y para lograrlo, escucha tu voz interior. Y dicho esto, el búho desapareció.
- ¿Mi voz interior…? ¿Ser yo mismo…? ¿Conocerme…?, se preguntaba el árbol desesperado, cuándo de pronto, comprendió. Y cerrando los ojos y los oídos, abrió el corazón, y por fin pudo escuchar su voz interior diciéndole:
- Tú jamás darás manzanas porque no eres un manzano, ni florecerás cada primavera porque no eres un rosal. Eres un roble, y tu destino es crecer grande y majestuoso. Dar cobijo a las aves, sombra a los viajeros, belleza al paisaje… Tienes una misión “Cúmplela”. Y el árbol se sintió fuerte y seguro de sí mismo y se dispuso a ser todo aquello para lo cual estaba destinado.
Así, pronto llenó su espacio y fue admirado y respetado por todos.
Y sólo entonces el jardín fue completamente feliz.
Y tú… ¿dejas crecer el roble que hay en ti?
En la vida, todos tienen un propósito que cumplir, un espacio que llenar.
No permitas que nada ni nadie te impida conocer y compartir la maravillosa esencia de tu ser.