martes, 31 de julio de 2012

Una nueva Luz

Los Markovitz era una de las pocas familias judías que vivían en un apacible suburbio de Pensilvania cuyas calles se llenaban de luces navideñas en Diciembre. Ellos en cambio, colocaban una menorá (Candelabro judío de nueve brazos) encendida en una ventana de su casa como recordatorio de que también era el inicio de la Hanuka, una de sus principales fiestas religiosas.
Un día, a eso de las 5 de la mañana Judy Markovitz se despertó al oír un fuerte ruido. Habían roto la ventana y arrancado la menorá.
Para los Markovitz fue una agresión que removió viejas heridas, ya que los padres de Judy habían estado en el pasado recluidos en un campo de concentración-.
Los Markovitz luego de recuperarse emocionalmente repararon la ventana y al terminar la reparación salieron a visitar al hermano de Judy, sin saber que sus vecinos se disponían a reparar algo más.
En la noche, cuando la familia Markovitz regresaba a su casa, un extraordinario espectáculo los sorprendió al doblar la calle: Casi todas las casas de la manzana estaban adornadas con una menorá resplandeciente. La hija de la pareja, Vicky, hoy día de 18 años, recuerda aquellas ventanas iluminadas como una señal de compasión y solidaridad. " Fue como si todos los vecinos dijeran: Si vuelven a romper las ventanas de ellos, también tendrán que romper las nuestras".
Compasión y solidaridad son dos joyas que necesitas hoy recuperar.
Reír con el que ríe y llorar con el que llora. Que nunca demos la espalda al que sufre, porque tarde que temprano se nos pagará con la misma moneda.

viernes, 27 de julio de 2012

Hacer lo Mejor

Siempre admiré a las personas detallistas; aquellas que realizan las tareas de manera casi perfecta. Son personas de buen gusto, que tienen paciencia para volver a hacer un trabajo dos, tres o más veces si es necesario; son las que sienten gran satisfacción cuando terminan un proyecto.
En verdad, por más sencillo que sea el trabajo, debemos hacerlo de la mejor manera posible. Si ponemos amor en aquello que hacemos, habrá una diferencia muy grande en el producto de nuestro trabajo.
Una vez, un cantante famoso fue invitado a dar un concierto a beneficio de los Veteranos de la Primera Guerra Mundial. El Presidente de la Comisión que lo invitó, le dijo:
- Será una presentación benéfica. Por eso, no esperamos que presente un gran concierto. Su nombre es suficiente para atraer a las multitudes. Le aconsejo canciones simples, que no le exijan gran esfuerzo a su voz.
El cantante se sintió ofendido y respondió:
- No me contento con hacer menos de lo mejor que puedo hacer.
Es nuestro deber sacar el máximo provecho de nuestros dones y oportunidades, y cumplir fielmente y de la mejor manera cualquier tarea, sea grande o pequeña. Esperan que hagamos lo mejor, no importa cuál sea la obra que tengamos entre manos.
Tú tienes la vida por delante. Colócate el propósito de realizar la mejor manera todo lo que te venga a las manos por hacer.

jueves, 26 de julio de 2012

Los pañales de ayer

Patricia tenía el mal hábito de pasar por alto a los demás cada vez que estaba muy ocupada. Una tarde su esposo se quejó: Me siento como los pañales de ayer.
Patricia le dijo que estaba muy ocupada y que no tenía la intención de tratarlo mal, pero cuando se fue a dormir esa noche, pensó en lo que le dijo su esposo. ¿Lo había estaba desatendiendo?
Pensó en sus muy ocupados días, cambiando pañales, comprando las provisiones, lavando ropa, llevando a los gemelos a las prácticas de fútbol, las representaciones de teatro de la escuela, las reuniones de padres y maestros y su trabajo voluntario. Se sintió extenuada de solo pensarlo. Olvidándose de las preocupaciones de su esposo, cayó en un sueño profundo.
Entonces un día descubrió por sí misma cómo se sentía él. Había ido a las oficinas de una organización muy conocida a dejar una información. Había esperado encontrarse allí con algunos de los voluntarios y hablar con ellos, pero para sorpresa de Patricia, todos estaban demasiado ocupados como para hablar con ella.
Convencida de que no fue bien recibida, se marchó desalentada.
En nuestro ocupado mundo, a menudo nos desalentamos los unos a los otros. Muchos trabajamos en exceso y nos extralimitamos en capacidad, y descubrimos que es fácil habituarnos a dejar de lado a las personas, incluyendo a las que más amamos. No obstante, podemos ser determinantes en las vidas de las personas que nos rodean si dedicamos el tiempo de escucharlas, si les mostramos que son preciosas para Dios… y para nosotros.
Jesús dijo que el mayor mandamiento es amarse los unos a los otros, y que a sus seguidores les conocerían por su amor… un amor profundo y verdadero. Así que mañana, mientras llevas a cabo tu día, toma un momento de tus muchas tareas. Haz una llamada telefónica y dile a un amigo que crees que es muy especial. No solo alegrarás el día de tu amigo, sino que darás un gran testimonio a un mundo que sufre y que se siente abandonado.

miércoles, 25 de julio de 2012

La Tormenta

Kirby había esperado toda la semana por este día. Él y su mejor amigo Austin habían juntado todo tipo de envases para usar como moldes en su castillo de arena. Hasta habían dibujado un plano. Este año, sabían que podrían ganar el premio por el mejor castillo de arena de su categoría.
Llegaron temprano a la playa y marcaron su área. Se pusieron a trabajar enseguida. Había niños de todas las edades construyendo castillos de arena. El de Kirby y Austin adelantaba rápido y se veía magnífico.
Kirby acabada de volcar el último molde de arena sobre la torre cuando un niño que perseguía a otro, muy robusto, pasó corriendo. Justo cuando el niño grandote llegó al castillo lo saltó, pero el que lo perseguía no tenía piernas tan largas y derrumbó una parte grande. Y lo peor, ambos rieron mientras se alejaban corriendo. Austin estaba atónito, pero Kirby estaba furioso
-¡NO…NO…NO! -gritó-. ¿POR QUÉ? -entonces tomó el cubo más grande y comenzó a derribar el castillo mientras gritaba. Echaba arena a todas partes y en segundos el precioso castillo ya no existía.
-¡Kirby! -le gritó Austin-. Lo podíamos haber arreglado. Oh, ¡qué mal!
Austin se alejó.
La mamá de Austin, que los había acompañado a la playa, se acercó y se juntó junto a Kirby.
-Kirby -le dijo-, cuando permites que tu ira ye indique qué hacer, nadie gana. Tú, menos que nadie. Al final, fuiste tú con tu ira quien destrozó el castillo, y no esos niños.
Cuando alguien te hace enojar, cuenta hasta diez antes de actuar o hablar. Pídele a Dios que te ayude a no responder con ira.
La ira en sí daña más que la condición que lo causó.
Controla tu ira.

lunes, 23 de julio de 2012

Columnas de piedra

Oculto en el desierto de Chihuahua en Nuevo México se encuentra una de las grandes maravillas de Dios: las Cavernas de Carlsbad. Al visitante casual, si oscura entrada le puede parecer poco interesante, como el estéril desierto que las rodea. Sin embargo, allí hay delicadeza y grandeza, ese es un lugar en el que a través de los siglos pequeñas gotas de agua, silenciosas en la oscuridad, han construido un monumento de extraordinaria belleza de quince metros de altura. Gota tras gota, depositando partícula, un dedo que parece de mármol comienza a crecer. Al final, este proceso forma una enorme columna; así, se crean las esculturas dentro de las cavernas.
Un proceso similar ocurre dentro de cada uno de nosotros. Cuando un solo pensamiento llega a nuestra mente, deja sedimento que entra a lo más profundo de nuestra alma, formando nuestras propias columnas… columnas de carácter. Si permitimos que los pensamientos inmorales, egoístas y violentos llenen nuestra mente, formamos columnas de mal y fracaso. Si llenamos nuestra mente con la verdad y el amor, formamos columnas fuertes y bellas dentro de nuestra alma.

domingo, 22 de julio de 2012

Verdadera Grandeza

Una tarde, mientras regresaba de la capital a su casa, el senador John Stennis fue asaltado a mano armada. A pesar de que Stennis entregó lo poco de valor que tenía, los asaltantes le dispararon dos veces, pegándole en el estómago y en la pierna. Los cirujanos del Centro Médico Walter Reed trabajaron más de seis horas para salvarle la vida.
Esa tarde también iba de camino a su casa el senador Mark Hatfield, que había tenido a menudo encontronazos con Stennis. Los dos estaban por completo en desacuerdo en cuanto a la política. Sin embargo, cuando Hatfield oyó en la radio lo que había sucedido, de inmediato se dirigió al hospital en su coche. Ya ahí, se percató con rapidez de que el personal del commutador estaba sobrecargado con las llamadas de los otros senadores, los reporteros y los amigos de Stennis. Le dijo a un operador: Sé cómo utilizar uno de estos equipos, déjeme ayudarlo. Lo ayudó a atender los teléfonos hasta el anochecer, cuando las llamadas disminuyeron. Luego, sin fanfarronear y calladamente, se presentó mientras se iba.
Mi nombre es Hatfield… estoy encantado de haber podido ayudarle en algo que concierne a un hombre al cual respeto profundamente.
Grandeza quiere decir estar libre de pequeñez, rencor, venganzas y prejuicios. Significa cuidado internacional, ayudar con modestia.

sábado, 21 de julio de 2012

Urgente..!

Urgente… Es una palabra con la que vivimos día a día en nuestra agitada vida y a la cual le hemos perdido ya todo significado de premura y prioridad.
Urgente…
Es la manera mas pobre de vivir sobre este mundo, porque el día que nos vamos, dejamos pendientes las cosas que verdaderamente fueron urgentes.
Urgente…
Es que hagas un alto en tu ajetreada vida y por un instante te veas y te preguntes: ¿qué significado tiene todo esto que hago?
Urgente…
Es que te detengas y veas… cuan grande eres!
Urgente…
Es que cuando camines por la calle, levantes la vista, voltees y mires a tu alrededor; observa el cielo, los árboles, las aves…¡a la gente!
Urgente…
Es que seamos más humanos… más hermanos!
Urgente…
Es que sepamos valorar el tiempo que nos pide un niño.
Urgente…
Es que una mañana, te levantes temprano y veas salir el sol, siente su calor y dale gracias a Dios por tan grande regalo.
Urgente…
Es que te sientas vivo en cuerpo y alma!… que veas tus brazos, tus piernas, tu cuerpo, tu inteligencia, y de verdad, ¡ vibres con la vida que te ha regalado el Padre celestial !
Urgente…
Es que te tomes un instante en tu trabajo, salgas y respires profundo; y sientas como el aire llena tus pulmones… estas vivo!
Urgente…
Es que le digas a la gente que la quieres, cuanto la amas hoy, no esperes hasta mañana.
Urgente…
Es que no se te vaya la vida en un soplo y que cuando mires atrás, seas ya un anciano, que no puede echar el tiempo atrás, que todo lo hizo.

viernes, 20 de julio de 2012

Mamá perro, bebé chimpancé



Un chimpancé bebé fue rechazado por su madre biológica en el zoológico de Russia. Después de que los empleados aceptaron el hecho, uno de ellos (experto en chimpancés) decidió llevarlo a casa.

La Super Cachorra de aquél empleado acababa de tener cachorros y lo que nadie esperaba era que adoptaría al pequeño chimpancé como uno más de sus bebés.

La Super Cachorra tomó el gran papel de madre. Cuidaría y protegería al bebe chimpancé, como si fuera otro de sus pequeños.

A esta hermosa Mastín no le importó adoptarlo y por supuesto ignoró las grandes diferencias de especie.
La falta de cola y el uso de un pañal no fue impedimento para reconocerlo como familia.

Ahora son una unida y hermosa familia llena de amor y protección sin barreras de especie.
Nuevamente ¡UNA LECCIÓN DE VIDA IMPARTIDA POR UN SUPER CACHORRO!
Todos los derechos reservados© Super Cachorros® 2012

jueves, 19 de julio de 2012

El Anillo

Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?
El maestro sin mirarlo, le, dijo: Cuanto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mi propio problema. Quizá después…
-y haciendo una pausa agregó: si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este problema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar.
- E…encantado,- maestro- titubeó el joven, pero sintió que otra vez era desvalorizado, y sus necesidades postergadas.
Bien, asintió el maestro. Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño y dándoselo al muchacho, agregó- toma el caballo que está allá afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo porque tengo que pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Ve y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas. El joven tomó el anillo y partió.
Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún interés, hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo. Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara y sólo un viejito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un anillo.
En afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro y rechazó la oferta. Después de ofrecer su joya a toda persona que se
cruzaba en el mercado, más de cien personas-, abatido por su fracaso montó su caballo y regresó.
¡Cuánto hubiera deseado el joven tener él mismo esa moneda de oro! Podría entonces habérsela entregado él mismo al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y ayuda. Entró en la habitación.
-Maestro- dijo- lo siento, no se puede conseguir lo que me pediste. Quizá pudiera conseguir dos o tres monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo.
-Qué importante lo que dijiste, joven amigo- contestó sonriente el maestro-.
Debemos saber primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. ¿Quién mejor que él para saberlo? Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuánto te da por él. Pero no importa lo que ofrezca, no se lo
vendas. Vuelve aquí con mi anillo.
El joven volvió a cabalgar. El joyero examinó el anillo a la luz del candil con su lupa, lo pesó y luego le dijo:
-Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender YA, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo
- ¡ 58 MONEDAS ! Exclamó el joven.
Sí, replicó el joyero- yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé…si la venta es urgente…
El joven corrió emocionado a la casa del maestro a contarle lo sucedido.
-Siéntate- dijo el maestro después de escucharlo- Tú eres como este anillo: una joya, valiosa y única. Y como tal, sólo puede revaluarte verdaderamente un experto.
¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?
Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño.

martes, 17 de julio de 2012

La Ancianita

La anciana campesina caminaba lentamente, cargando con dificultad un atado de leña para alimentar una hoguera en la que cocinaba. Su rancho era un pedazo de techo caído sobre una pared, formando un espacio triangular dentro de éste.
Un joven juez que en su tiempo libre paseaba por el campo, se encontró con ella y conmovido por la edad y las condiciones en las que vivía la humilde mujer, decidió buscar la manera de ayudarla.
La señora hablaba en forma alegre y determinada, le contó al juez que comía de lo que crecía en la granja, que tenía algunas gallinas y una vaca que le producían lo indispensable. No había tonos de queja ni de carencia en la conversación de la anciana, todo lo contrario, sus palabras estaban plenas de gratitud y esperanza. Después de haber conversado un buen rato, el juez le preguntó a la campesina:
-Disculpe señora, ¿hay alguna forma en la que la pueda ayudar? ¿Tal vez ropa, o medicinas? Si en algo puedo colaborarle solo dígame y con gusto haré lo que pueda.
La anciana guardó silencio por un momento, y finalmente respondió:
-Muchas gracias, en realidad no necesito nada para mí, pero sí para el viejito.
-¿El viejito?-, preguntó el juez.
-Sí -continuó la señora-, está muy enfermo, está adentro en la casa, ya no se puede ni parar, tiene muchos dolores, me toca hacerle todo porque el pobre no puede ni moverse.
-¿Y qué tiene su esposo?- replicó el juez, sorprendido.
-No es mi esposo -respondió la anciana-, es un viejito que encontré desamparado y ¿cómo lo iba a dejar solito? Por eso desde hace como dos años que lo estoy cuidando.
Nadie es tan pobre que no pueda dar, nadie es tan rico que no necesite recibir.

sábado, 14 de julio de 2012

El Zapatero

Un joven llamado Ronald tenía una tía que lo quería mucho y era muy bondadosa con él. En una ocasión ella llevó al joven a un zapatero para que le hiciera un par de zapatos a la medida.
El zapatero le preguntó: ¿Quiéres los zapatos puntera cuadrada o redonda? Ronald tartamudeo un poco, el no sabía lo que quería.
El zapatero dijo: ” Esta bien. Ven por acá dentro de un par de días, me dices lo que quieres y te haré los zapatos”. Dos días después, el zapatero lo vio en el pueblo y le volvió a preguntar:
“¿Quiéres los zapatos puntera cuadrada o redonda?
Ronald le contestó: “No sé”.
El zapatero le dijo: “Ven dentro de dos días y tus zapatos estarán listos”.
Ronald contaba que cuando fue a buscar los zapatos, uno de ellos tenía la puntera cuadrada y el otro redonda.
El zapatero lo miró y le dijo: “Esto te enseñará que desde ahora en adelante, no debes permitir que la gente tome decisiones por ti”.
Y el joven agregaba: ” Aprendí allí mismo a tomar mis propias decisiones, si uno no lo hace, otro lo hará por uno”
¿No sientes la suficiente confianza como para tomar una decisión, ya que tienes miedo de cometer algún error?, bueno, pues entonces recuerda que inclusive las malas decisiones pueden ser una excelente oportunidad de aprender.

jueves, 12 de julio de 2012

Sin levantar polvo

Un día, un comerciante de caballos llevó dos magníficos corceles a un príncipe y los ofreció en venta. Ambos animales eran semejantes: jóvenes, robustos y de buena constitución.
Pero el comerciante pedía por uno de ellos el doble de lo que pedía por el otro. El príncipe llamó a sus cortesanos y les dijo:
-Le regalaré estos magníficos potros al que pueda explicarme por qué uno de ellos vale lo doble que el otro.
Los cortesanos se acercaron a los dos animales y los observaron cuidadosamente, pero no pudieron descubrir ninguna diferencia que justificarse una diferencia de precios tan grande.
-Ya que no comprenden la diferencia entre los dos caballos, será mejor probarlos, así podrán ver con mayor claridad por qué tienen un valor tan distinto.
Hizo que dos jinetes los montaran e hizo que dieran algunas vueltas alrededor del patio del palacio. Ni siquiera después de esta prueba los cortesanos lograban entender la diferencia de precio entre los caballos.
Entonces el príncipe explicó:
-Habrán notado que, al correr, uno de ellos casi no dejaba rastros de polvo, mientras que el otro levantaba una gran polvareda. Por esto el primero vale lo doble que el otro, porque cumple con su deber sin levantar tanto polvo.”
Al parecer, la humildad y sencillez no son virtudes muy valoradas en nuestra época. Cumplir el deber con responsabilidad es muy cotizado hoy en día porque importan los resultados;
también el estar preparado con estudios y experiencia práctica y el saber trabajar en equipo tienden a estimarse como cualidades invaluables; sin embargo la modestia y humildad de quien no presume de sí mismo, ni de sus cualidades, ni de sus logros -sintiéndose superior a los demás y merecedor de los más altos reconocimientos y remuneraciones no está bien visto. Hoy al igual que hace dos mil años: “en nuestra sociedad hace carrera el que más polvo levanta…” (Mateo 26,26).
“Levantar polvo”, presumir de logros o cualidades personales, “hacerse notar”, puede ser una manifestación de falta de afecto o de reconocimiento por parte de la familia, délos amigos o de los jefes en el trabajo que busca compensar el reconocimiento que otros no hacen sobre uno.
Puede ser también una señal de soberbia, de ser reconocido y alabado por los demás a los que se percibe como inferiores. En cualquier caso el hacerse notar, aunque uno sea realmente bueno, desdice de la calidad humana que no busca la recta intención de cumplir el deber como un servicio a los demás, sino ante todo, como una fuente de halagos y deferencias, centrando la acción no en el Tú o Ustedes, sino en el Yo.
Pero ¿por qué el cumplir con el deber sin levantar tanto polvo puede llegar a ser una cualidad tan valiosa?
Quizá porque encarna a la humildad, y sólo la gente humilde es capaz de reconocer sus errores, que es el punto de partida de la superación personal. Sólo el humilde acepta la crítica constructiva de los padres, de los profesores o de los jefes y compañeros de trabajo; sólo los humildes reconocen cuando se equivocan y piden disculpas si ofendieron o afectaron a alguien con su mal proceder, con sus comentarios u omisiones.
La humildad también es una virtud excepcional porque gracias a ella no sentimos que lo sabemos todo y por tanto reconocemos que podemos aprender de los demás, aún de la gente sencilla. Sólo los humildes saben encontrar la riqueza en los demás.
La humildad de quien no levanta polvo además se agradece por que una persona presumida, jactanciosa y soberbia cae mal en todas partes y crea a su alrededor una atmósfera densa, ya que sólo se preocupa por sí mismo y se olvida de los demás, en cambio, el humilde y sencillo es fácil de trato porque es transparente, porque comparte logros y fracasos, por-que se preocupa por los demás tanto como por sí mismo y, además, porque sabe escuchar y aprender de las experiencias de otros.
El humilde cumple su deber sin presunción, está abierto al diálogo y al conocimiento, aprende de sus experiencias, reconoce sus errores y es agradable, por eso vale “oro” comparado con el que simplemente es muy capaz.
Pedro J. Bello Guerra

miércoles, 11 de julio de 2012

¡El perro el mejor amigo del hombre!

¡Cuando tu mascota es tu mejor amigo,
te acompaña por todos lados!
¡UPS!
¡En una redada también él te acompaña!
¡QUÉ PASES UN BUEN DÍA!

martes, 10 de julio de 2012

Una Flor

Había una joven muy rica, que tenía todo: un marido maravilloso, hijos perfectos, un empleo donde le pagaban muy bien, una familia unida.
Lo extraño es que ella no conseguía conciliar todo eso, el trabajo y los que haceres le ocupaban todo su tiempo y su vida estaba mal en algunas áreas. Si el trabajo consumía mucho tiempo, abandonaba a sus hijos, si surgía algún problema, ella dejaba de lado a su marido… Y así, las personas que ella amaba eran siempre dejadas para después,
Hasta que un día, su padre, un hombre muy sabio, le dio un regalo: una flor muy cara y rarísima, de la cual había apenas un ejemplar en todo el mundo. Y le dijo:
"Hija, esta flor te ayudará mucho mas de lo que tu te imaginas! Únicamente necesitas regarla y podarla de vez en cuando, ocacionalmente conversar un poco con ella, y ella te dará a cambio ese perfume maravilloso y las más lindas flores."
La joven la recibió emocionada, pues la flor era de una belleza sin igual. Más el tiempo fue pasando, los problemas surgían, el trabajo consumía todo su tiempo, y su vida, que continuaba confusa, no le permitia cuidar de la flor.
Ella llegaba a casa, miraba la flor y aun estaba ahí, no mostraba ningún signo de debilidad o muerte, siempre, linda, perfumada. Entonces ella pasaba sin prestarle mas atención.
Hasta que un día, sin mas, la flor murió. Ella llegó a casa y se llevó un susto! Estaba completamente muerta, sus raíces estaban resecas, sus flores caídas y sus hojas amarillas. La Joven se hechó a llorar y le contó a su padre lo que había acontecido.
Su padre entonces respondió:
"Imagine que eso ocurriría ,y no puedo darte otra flor, porque no existe otra igual a ella, era única, así como tus hijos, tu marido, tus amigos y toda tu familia.
Todos son bendiciones que el Señor te dio, pero debes aprender a regarlos, podarlos y dar atención a ellos, pues así como la flor, los sentimentos también mueren. Tú te acostumbraste a ver la flor viva, siempre florida, siempre perfumada, y te olvidaste de cuidarla. Cuida a las personas que amas!"

domingo, 8 de julio de 2012

¡La amistad moderna!

¡La amistad moderna!

¡Ir a tomar un café con los amigos/as!
 
¡Ir a comer con los amigos/as!
 
¡ Visitar juntos los museos!
 
¡ Relajarse en la playa con los amigos/as!
 
¡ Ir a beber un vaso con las amigas!
 
¡ Una salida amistosa en auto!
¿ No es maravilloso estar con los amigos/as ?  

¡ A Dios gracias! 
 
¡ Yo no soy de esta generación!
¡ BUEN DÍA!

Un soltero en la playa

¡ En el verano podemos ver toda suerte de personas en la playa!
 
UUPS...
Se va a sacar su toalla...
¡Oh! ...

¡¡¡ Te lo dije !!!
Que es lo que te habías imaginado ...
La vida es corta, pero una sonrisa hace muy bien.

Entonces, ¡disfruta de la vida y ríete un poco !

Pasa esta sonrisa a tus amigos/as.
 
 
¡Buen día!

Para vos mi amigo/a

Si, un día, tienes necesidad de lorar, llámame.

No te prometo que te consolaré,

¡ pero si podré llorar con vos!
 
Si, un día, tienes necesidad de irte, llámame.

No te prometo que no te detendré,

pero puedo estar con vos en el comienzo de tu camino.
 
Si, un día, no soportas más a ninguna persona, llámame.

Te prometo de estar ahí para vos

y de no importunarte.

Pero, si un día me llamas, y no obtienes ninguna respuesta,

ven rápido a verme.

Puede ser que sea yo la que necesite de vos...
 
Un amigo/a sincero/a vale más que el oro,
por que en el fondo de su corazón, él/ella no desea más que nuestra felicidad.

QUE TENGAS UN BELLO DÍA !!!!

martes, 3 de julio de 2012

Nunca dejes que el Fracaso Determine tu Futuro

“La forma en que reacciones al fracaso determina el resultado de tus sueños”  Pedro Sifontes
En esta semana he estado experimentando una sensación de fracaso en mi vida, y es que cuando se trata de vivir y liderar hay momentos en los que sentimos que no estamos alcanzando los resultados que deseamos. Lo bueno es poder recordar que el fracaso no es mi final y que tampoco es para siempre.
El fracaso no determina mi éxito, tampoco mi mañana. Hay personas que han fracasado y luego han conseguido el éxito, mientras que hay personas que han logrado el éxito y luego han fracasado. Así que ni el fracaso ni el éxito determinan mi mañana solo mi fe y mi mentalidad.
¿En dónde colocas tu confianza? ¿Cuáles son tus pensamientos cuando fracasas?
Me encontré con el significado de fracaso de acuerdo a uno de los entrenadores más famosos de futbol americano de la NFL, Vicent Lombardi.
Fracaso no es sinónimo de ser fracasado…  Significa, que todavía no obtuviste éxito.
Fracaso no significa que no lograste nada… Significa, que aprendiste algo nuevo.
Fracaso no significa que actuaste como un necio… Significa, que no tuviste mucha fe.
Fracaso no significa que sufrimos descrédito… Significa, que estuvimos dispuestos a probar e intentarlo.
Fracaso no es sinónimo de falta de capacidad… Significa, que debemos hacer las cosas, de distinta manera la próxima vez.
Fracaso no significa que somos inferiores… Significa, que no somos perfectos.
Fracaso no significa que perdimos la vida… Significa, que tenemos buenas razones para empezar de nuevamente.
Fracaso no significa que tengamos que echarnos para atrás… Significa, que tenemos que dar un paso adelante y luchar con mayor ahínco.
Fracaso no significa que jamás lograremos nuestras metas… Significa, que tardaremos un poco más en alcanzarlas.
Fracaso no significa que Dios nos haya abandonado… Significa, que él tiene una idea mejor para nosotros y que tendremos otra oportunidad.
Puedes ver que el fracasar no nos hace un perdedor, lo que nos hace un perdedor es quedarnos en el fracaso.
Cuatro cosas que quiero recordarte:
-          El fracaso es un evento que pasa y también le ocurre a las mejores personas. No temas fracasar. Todo líder asume riesgos.
-          Cada vez que fracases no andes buscando excusas ni señalando culpables. Todo líder asume responsabilidad.
-          Está  siempre dispuesto a aprender del fracaso. Haz los cambios necesarios y evita que esto ocurra nuevamente. Todo líder es un aprendiz.
-          Deja el fracaso en el pasado y avanza hacia tu futuro. Si sigues abrazando el fracaso no podrás ver lo bueno que Dios tiene para ti.
Hay una definición de fracaso que dice: “Fracaso es sinónimo de no haberlo intentado…”
¿Qué cosas necesitas seguir intentando?
Disfruta tu vida hoy, no dejando que el fracaso controle tu vida y tus emociones.
En amor y liderazgo,

Pedro Sifontes