viernes, 16 de noviembre de 2012

La Florecilla que tenía sed


Un pobre «coolie» trepaba por un sendero de montaña, muy encorvado bajo una pesada carga. Y hete ahí que descubrió entre dos gruesas piedras ardientes, una florecilla que se moría de sed. Entonces, a pesar de la carga, se arrodilló y echó las últimas gotas de té que contenía su calabaza encima de la florecilla, a fin de que pudiera vivir hasta la noche. Después prosiguió su camino...

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