Sin perder tiempo, hicimos la gran mudanza el sábado siguiente,
estábamos emocionados. El lunes siguiente, cuando mi papá volvió del
trabajo y estaba a punto de entrar en la casa, vio a una anciana y su
antiguo esposo luchando por llevar una silla de ruedas por las
escaleras. Él quedó impresionado y conmovido.
Cuando corrió a ayudarlos, dijo la señora, “No te preocupes, hijo, ya
estamos acostumbrados, hemos hecho esto durante los últimos 15 años por
nuestra hija con discapacidad, Dios lo bendiga por su ayuda de todos
modos”.
Las palabras de aquella anciana aunque un tanto tristes pero llenas
de amabilidad, hicieron que mi papá sintiera un millar de agujas
pinchándole el corazón. El sábado siguiente, mi mamá y papá
intercambiaron el apartamento con la pareja de ancianos y volvimos de
nuevo a nivel 4 en el edificio.
Todavía tengo en mi memoria, incluso ahora cada vez que la pareja de
ancianos se encontraban con mi papá en cualquier lugar, siempre le
miraban con bendiciones en sus ojos llorosos diciendo, “Ángel!” siempre
me decían, “Tienes un ángel por padre!” estas palabras trajeron lágrimas
de orgullo a mis ojos cada vez … Incluso ahora, cuando estoy
escribiendo.
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