Cuando te brindan un mate, hay un secreto escondido
el se abraza a un recuerdo, que sin querer ha surgido,
sera una imagen sentida, una risa conocida,
o una nostalgia prendida, que ya quedo en el pasado.
Cuando su sabor te alcanza, te llega una dulzura,
que acopia en tu almita, sabores de nuestra infancia.
Aveces llega un amargo, que hace de su sabor,
un abrazo diferente, igual te templa este viaje,
y hace que en esta ronda, se vuelva dulce el paisaje.
Si una lagrima te brota, su gusto se torna salobre,
ahí es cuando los amigos, que saben de tus amores,
acompañen en silencio , sabiendo de tus dolores.
Por eso es inigualable, como bebida, la única
que cuando mas se comparte, mas te acerca y te acompaña.
Quien no ha llorado o reído, recordado o sufrido
en una ronda de mates, junto a sus seres queridos.
Soledad Solari. 2011.
No hay comentarios:
Publicar un comentario