viernes, 14 de marzo de 2014
Querido hijo/a...
Mientras vivas en esta casa obedecerás las reglas. Cuando tengas tu casa obedecerás tus propias reglas. Aquí no gobierna la democracia, no hice campaña electoral para ser tu madre: tú no votaste por mí. Somos madre e hijo por la gracia de Dios, y yo acepto respetuosamente el privilegio y la responsabilidad aterradora. Al aceptarla adquiero la obligación de desempeñar el papel del madre.
No soy tu niño/a, nuestras edades son muy diferentes. Podemos compartir muchas cosas pero no somos compañeros. Soy tu madre Y eso es cien veces más que un amiga!
También soy tu amiga, pero estamos en niveles completamente distintos. En esta casa harás lo que yo diga y no debes cuestionarme porque todo lo que yo ordene estará motivado por el amor. Te será difícil comprenderlo hasta que tengas un hijo, mientras tanto confía en mí...
Atte: Tu madre
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