A un lobo que comía un hueso, se le atragantó el hueso en la garganta, y corría por todas partes en busca de auxilio.
Encontró en su correr a una grulla y le pidió que le salvara de
aquella situación, y que enseguida le pagaría por ello. Aceptó la
grulla e introdujo su cabeza en la boca del lobo, sacando de la garganta
el hueso atravesado. Pidió entonces la cancelación de la paga
convenida.
“Oye amiga”, dijo el lobo, “¿No crees que es suficiente paga con haber sacado tu cabeza sana y salva de mi boca?”
Nunca hagas favores a malvados, traficantes o corruptos, pues mucha paga tendrías si te dejan sano y salvo.
Fábula de Esopo
Fuente: http://www.edyd.com/
La fábula de hoy afirma lo que todos sabemos es cierto pero que insistimos en ignorar.
Son muchos los que se asocian y relacionan con personas de reputación
dudosa tan sólo porque les parece que habrá de beneficiarles ya sea
social ó económicamente, tan sólo para descubrir, tarde o temprano, que
la reputación de dichas personas vuelve a confirmarse con ellos mismos.
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