Temía estar
sola, hasta que aprendí a quererme a mi misma.
Temía lo que la gente opinara de mí, hasta que me di cuenta de que de todos modos opinarían de mi.
Temía fracasar, hasta que me di cuenta que únicamente fracaso si no lo intento. Temía que me rechazaran, hasta que entendí que debía tener fe en mi misma. Temía a la verdad, hasta que descubrí la fealdad de las mentiras.
Temía al dolor, hasta que aprendí que éste es necesario para crecer.
Temía el odio, hasta que me di cuenta que no es otra cosa más que ignorancia. Temía al ridículo, hasta que aprendí a reírme de mi misma.
Temía hacerme mayor, hasta que comprendí que ganaba sabiduría día a día. Temía a la oscuridad, hasta que vi la belleza de la luz de una estrella.
Temía lo que la gente opinara de mí, hasta que me di cuenta de que de todos modos opinarían de mi.
Temía fracasar, hasta que me di cuenta que únicamente fracaso si no lo intento. Temía que me rechazaran, hasta que entendí que debía tener fe en mi misma. Temía a la verdad, hasta que descubrí la fealdad de las mentiras.
Temía al dolor, hasta que aprendí que éste es necesario para crecer.
Temía el odio, hasta que me di cuenta que no es otra cosa más que ignorancia. Temía al ridículo, hasta que aprendí a reírme de mi misma.
Temía hacerme mayor, hasta que comprendí que ganaba sabiduría día a día. Temía a la oscuridad, hasta que vi la belleza de la luz de una estrella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario